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lunes, 1 de abril de 2013

UN MUNDO SIN INTERNET






Uno no puede evitar pensar cómo sería la vida hoy sin la red más famosa del mundo. Se acabarían las lecturas matutinas de la prensa online en el trabajo mientras saboreamos el café, no podríamos conocer la predicción del tiempo al minuto y en nuestra región y los lunes serían más largos sin repasar los resultados del fútbol. No estaríamos informados al segundo de lo que acontece en el mundo y el vetusto transistor cobraría un nuevo e inusitado protagonismo. Sin embargo, no todos lamentarían volver al pasado y por ejemplo, la SEGA vería con regocijo cómo se acabarían con las descargas -ilegales o no- de canciones y películas y estaríamos obligados a comprar cedes y a grabar los grandes éxitos de la radio Como antaño.

Pero más allá de la parcela de ocio que sabiamente llena Internet, en el trabajo volveríamos a la era de las cavernas: ¿se imagina lo que sería vivir ahora sin e-mail? Las reuniones habría que convocarlas por teléfono o fax y apuntando con un aspa a los asistentes, por no hablar de tener que realizar un cambio de última hora en la fecha del acto. Y es que posiblemente sea el correo electrónico lo que más echaríamos en falta del ancho de banda: tendríamos que recurrir a la mensajería para el envío de documentos como no hace tanto hacíamos con los antepasados y las nuevas relaciones laborales como el tele trabajo y las delegaciones remotas vivirían épocas muy duras. El fax, ese agonizante que volvería a vivir sus años dorados, como también lo haría la prensa en papel, en constante e inevitable declive. 



Viviríamos menos comunicados y al no existir ni twiter ni Facebooks la única forma de socializar sería otra vez la tapita y la caña, pero ya en un ámbito mucho más local. Perderíamos contacto con amigos de la infancia que ahora viven en el extranjero y volveríamos a las conferencias por teléfono para saber de los nuestros en ultramar. La vida sin Internet sería para los hipocondríacos un infierno y un alivio según se mire y es que no estaría al acceso de todo el mundo el conocido 'doctor Google' al que accedemos con nuestros síntomas antes de acudir al médico. Tampoco se puede hablar de la red y omitir el culpable de una de las mayores fuentes de tráfico en Internet y nos estamos refiriendo por supuesto al porno, y es que su desaparición provocaría que los vendedores recuperaran la caja perdida con las portadas subidas de tono.

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